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¿Te cuesta entablar relaciones íntimas, te resultan complicados los cambios inesperados o eres muy sensible a la luz, el sonido, el gusto o el olfato? Puede que hayas notado estos problemas en alguien cercano. Estos signos podrían indicar autismo. A continuación, vamos a explorar qué es el autismo y cómo puedes obtener ayuda.
El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), es una discapacidad neuropsiquiátrica que afecta a las relaciones sociales, la comunicación y el comportamiento.
No se sabe con certeza qué lo causa, pero parece ser el resultado de una combinación de factores genéticos, neurológicos y ambientales.
Existen distintos niveles de gravedad, dependiendo de cómo impacte en la vida de cada persona, pero lo cierto es que cada persona con autismo es única. Aquí puedes obtener más información sobre lo que el diagnóstico puede implicar para ti.
Lo que realmente destacó de nuestra terapeuta fue su empatía genuina y su capacidad de comprensión. No solo tenía un profundo conocimiento sobre la neurodiversidad, sino que también compartía experiencias personales que conectaron con nosotros de inmediato, creando un vínculo de confianza desde el primer momento.
Benedetta Osarenk
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El autismo puede manifestarse de muchas maneras. A continuación, te dejamos algunos ejemplos de cómo puede manifestarse:
No es raro que las personas con autismo también enfrenten otros problemas como ansiedad social, depresión o estrés. Además, los problemas de sueño son bastante comunes. Estas dificultades pueden verse intensificadas por los retos del autismo, como las dificultades sociales o la sensibilidad sensorial.
A las personas con autismo les suele costar trabajo concentrarse en cosas que no les interesan, pero cuando algo les atrae, pueden centrarse tanto en ello que se aíslan del resto. A menudo, perciben detalles que otras personas no notan, lo cual puede ser una fortaleza. Sin embargo, demasiada estimulación sensorial puede resultar agotadora, lo que hace que necesiten un tiempo de descanso. En el caso del autismo, es clave tener en cuenta aspectos del estilo de vida como el ejercicio regular, la alimentación equilibrada y unos buenos hábitos de sueño.
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El autismo puede afectar a las relaciones de manera significativa. Las dificultades para interactuar socialmente, tomar la iniciativa y comprender a los demás pueden llevar a tener pocos amigos o incluso a no tener interés en las relaciones. Entender cómo el diagnóstico afecta a una persona puede marcar una gran diferencia en el desarrollo de las relaciones.
En los niños, los síntomas suelen ser evidentes y, aunque difieren entre niños y niñas, los primeros suelen ser más observadores y tener un interés especial por una persona, mientras que las niñas pueden tener intereses más centrados, como el maquillaje o los animales. Si eres niño con autismo, no es raro que sufras acoso escolar debido a las dificultades sociales, y probablemente necesites más apoyo en la escuela.
En los adultos, los síntomas también se pueden hacer evidentes en situaciones sociales, como en el trabajo o con los amigos. Si creciste con el apoyo de tus padres, es posible que hayan ayudado a disimular los síntomas, pero al independizarte, estos pueden volverse más evidentes. Muchas personas con autismo de alto funcionamiento logran adaptarse bien si encuentran una profesión que les guste o trabajos con rutinas. A pesar de ello, el colegio suele ser complicado, y en la edad adulta, los problemas de estrés y la sensibilidad sensorial pueden ser una gran carga.
El autismo se clasifica en distintos grados: nivel 1, 2 y 3. El nivel de afectación depende de cómo influye en la vida y de cuánta ayuda se necesita. El autismo de alto funcionamiento solía denominarse síndrome de Asperger, pero ahora se clasifica como autismo de nivel 1, que es la forma más leve. Si tienes autismo de alto funcionamiento, es posible que trabajes y mantengas relaciones, pero seguirás teniendo dificultades para desenvolverte como los demás. Tal vez tengas suerte y encuentres un trabajo adecuado y relaciones que te comprendan. A pesar de todo, puedes sentir que hay malentendidos y que, por la sensibilidad sensorial, te agotas con facilidad.
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Busca y selecciona a un terapeuta en función de sus opiniones, especialización y formación, para asegurarte de encontrar la opción que mejor se adapte a tus necesidades.
Elige una sesión de 45, 60 o 90 minutos, o bien un paquete, que te permite tener flexibilidad y control sobre la duración e intensidad de la terapia.
Si tú o alguien cercano está experimentando síntomas que podrían estar relacionados con el autismo, lo más importante es contactar con un psicólogo o un médico especializado para obtener un diagnóstico y empezar a trabajar en un posible plan de tratamiento. El tratamiento puede ayudarte a comprenderte mejor a ti mismo y a conocer tus necesidades, lo que facilita la aceptación tanto de ti mismo como de las personas que te rodean. Con la información y el apoyo adecuados, podemos hacer que lo difícil sea más sencillo.
No dudes en ponerte en contacto con nosotros o reservar una cita con uno de nuestros psicólogos o terapeutas profesionales.
Dar el paso para descubrir si tienes un diagnóstico neuropsiquiátrico puede ser algo emocionalmente intenso, pero también es esencial para conseguir la ayuda que puedas necesitar. Con una guía clara y fácil de entender, hacemos que lo difícil sea más accesible.
Paso 1: Reconocer los síntomas
Empieza por observar los síntomas que puedas estar experimentando. Estos pueden incluir dificultades para relacionarte socialmente, una necesidad de rutinas estrictas o sentirte abrumado por las tareas cotidianas.
Paso 2: Consultar a un profesional sanitario cualificado
El siguiente paso importante es buscar ayuda de un profesional. El diagnóstico de autismo debe ser realizado por un especialista médico, como un psicólogo o psiquiatra.
Paso 3: La evaluación del autismo
Una vez que se haya hecho una entrevista inicial para evaluar si los síntomas apuntan al autismo, puede llevarse a cabo una evaluación más profunda. Esto puede incluir más entrevistas, pruebas cognitivas y conversaciones con los miembros de la familia.
Paso 4: Diagnóstico
Si te diagnostican autismo, recibirás una declaración por escrito. El siguiente paso será hablar sobre las intervenciones posibles. Estas pueden variar según la persona, pero generalmente incluyen terapia y otros servicios de apoyo.
Paso 5: Psicoterapia y apoyo
La psicoterapia puede ayudarte a desarrollar habilidades para gestionar los síntomas del autismo. Esto incluye entrenamiento en habilidades sociales, terapia cognitivo-conductual y técnicas para manejar el estrés.
Paso 6: Seguimiento y adaptación
Es importante hacer un seguimiento periódico con el profesional sanitario para ver cómo va el tratamiento y si es necesario ajustar algún aspecto.
Paso 7: Apoyo de organizaciones y seres queridos
Contar con una red de apoyo es fundamental. Habla con tus familiares y amigos para explicarles tu situación y que puedan ofrecerte el apoyo que necesitas. Además, existen reuniones familiares y cursos de formación para que tus allegados aprendan más sobre el autismo.
Aunque iniciar un tratamiento puede parecer complicado o desafiante, el primer paso correcto suele ser mantener una conversación con un psicólogo o terapeuta. Reserva una sesión introductoria online con uno de los expertos de nuestro equipo para hablar sobre tu situación y planificar una evaluación si es necesario. Hacemos que lo difícil sea más fácil.